28 Apr
28Apr


No soy enemigo de las tablas de descompresión, les doy su merecido lugar en el aula, y por lo general las tengo a mano para un cálculo inicial rápido, sin mucho detalle, que a veces sale de la nada al pensar en bucear tal o cual día.

Pero la planificación seria de las buceadas las hago en mi computadora personal o en la tableta, con uno de los tantos programas disponibles para ello. MultiDeco es mi preferido, pero a veces, durante clases, utilizo MV-Plan, porque puede ser descargado gratuitamente por todos y corre en múltiples plataformas. Pero siempre, sin excepción, buceo siguiendo las indicaciones de mis 2 computadoras de buceo [1].

De esta manera la planificación no solamente es más segura, sino que es mucho más completa dado que es mucho más fácil jugar con los diferentes parámetros para ver cómo resulta la buceada y qué tipo de márgenes de seguridad se obtienen con cada conjunto de valores. ¿Tipo de gas de fondo? ¿Gases de descompresión? ¿Con qué porcentaje del valor máximo de CNS terminaré? ¿Cuánto gas de descompresión necesito si agrego 5 minutos más a ésta profundidad? ¿Si pierdo una botella de descompresión, me alcanza el gas para completar la descompresión en la que pudiera incurrir? ¿Y si pierdo las dos?

Siempre lo digo, no me gustan los algoritmos de conteo o dinámica de burbujas (comunmente VPM y RGBM); no los uso. Utilizo Bühlmann con factores de gradiente. Me permite una gran flexibilidad tanto a la hora de planear la buceada como durante su ejecución. Siempre puedo modificar dichos factores sobre la marcha, si las cosas no salen como lo he previsto. Pero no soy tribal al respecto [2], si estoy planeando bucear con algún compañero que desea utilizar un algoritmo diferente, o diferentes parámetros que los que yo utilizaré, no tengo ningún problema con ello [3]. Cada uno seguirá las indicaciones de su propia computadora y el más conservador de los perfiles primará. Eso si, en lo que nunca tranzo es en lo respectivo a las paradas de descompresión; cada uno debe hacer las que su propia computadora le indique; ya que yo no pienso ni por broma hacer paradas de descompresión profundas por fuera de lo que mi algoritmo y mis parámetros indiquen como necesarias.

Tres linternas, tres cuchillos (uno de ellos al estilo Rambo) doble vejiga en el ala, traje seco, jon line, tres reeles (a veces 2 reeles y en algunas contadas ocaciones un tercero un poco diferente por aquí llamamos “Jersey Upline” [5]), dos bolsas de elevación (nunca se sabe cuando aparecerá ese tesoro tan esperado) una SMB, radio sumergible, espejo, chifle, brújula, libro de notas, máscara de reserva, snorkel plegable, y sin duda algo más que en este momento me esté olvidando. Los tanques varían un poco con el destino al que el charter nos lleve. Pero generalmente uso un doble de 15 litros / 120 CuFt (2 tanques de 15 litros cada uno, con manifold aislador) y dos tanques de descompresión, que pueden ser o bien de 5 litros/40 CuFt o bien de 10 litros/80 CuFt cada uno, dependiendo del destino de la buceada. Todo esto transforma la escalerita de retorno al barco en mi peor enemigo, sobre todo si el mar está picado.

¿Y la regla de tercios? Si planeo una penetración importante la regla que uso es la del 60/40 (60% para la buceada y 40% de reserva). No es muy común, pero a veces cargo otro tanque de 10 litros/80 CuFt para dejar cerca del punto de amarre, en lo que en inglés se denomina “stage bottle”, para curarme en salud. Pero la penetración en naufragios no sigue las mismas reglas que la penetración en cuevas. Por un lado en los naufragios recorremos distancias considerablemente menores que las que muchos buceadores de cuevas recorren, y por el otro no siempre entramos y salimos por el mismo punto. Por ello esos dos tercios (o ese 60% en el caso de la regla del 60/40) se divide en realidad en 2 tercios (o el 60%) para ser usado y el tercio restante (o el 40% en el caso de la regla del 60/40) es la reserva. Esa diferencia entre el “ir” y el “regresar” que se hace cuando se habla de esas reglas no es tan clara ni categórica cuando buceamos naufragios.

Mi plan de buceada incluirá lo que haré en el naufragio, pero no de manera muy estricta, los naufragios son así, caóticos, impetuosos, dinámicos. Pueden traernos fuertes corrientes repentinas aún en su interior, lo que algunas veces obliga a salirse de las intenciones que teníamos y que habíamos delineado como plan principal. Así que hay que llevar también un plan alternativo y la libertad de cierta improvisación. Se que estas palabras son poco menos que heréticas a los oídos de quienes pregonan el apego irrestricto a los evangelios del buceo, pero la realidad es como es y si los evangelios la contradicen son ellos los que deberían ser revisados. Después de todo, si el plan incluye variantes, dichas variantes son parte del plan.

El mayor peligro, para mi, es la narcosis. De un enriedo se sale, la corriente se la soporta o uno se entrega a ella y resuelve en el ascenso o en la superficie, un inconveniente con un regulador o con la máscara se arregla [6]. Pero si estamos narcotizados cualquiera de esos inconvenientes se transforma rápidamente en un problema. De allí a entrar en pánico es un camino corto, y el pánico dentro de un naufragio o en un ascenso con paradas de descompresión obligatorias flotando a mar abierto puede tener serias consecuencias.

El helio es nuestro amigo, nos cuesta como una esposa (o esposo, dependiendo de la realidad de cada uno o una) [7], pero nos da una gran tranquilidad, a la que por debajo de los 30 metros/100 pies no deberíamos renunciar buceando naufragios.


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[1] Tres son dos, dos son una y una es ninguna.
[2] Los hay, todos los conocemos, sabemos quienes son y ellos saben que sabemos.
[3] Parto de la base que esos supuestos compañeros son hábiles buceadores Solo, como generalmente lo son la gran mayoría de los que por estos lados bucea. En caso contrario estableceremos un compromiso en lo que al algoritmo se refiere y permaneceremos juntos durante toda la buceada. Ese compromiso generalmente pasa por ellos dejándose de embromar con esos algoritmos de juguete y abrazar el buceo de manera seria [4].
[4] Tranquilo, no se enoje. Si usted es de los que prefiere semejantes algoritmos de burbujas y es un buzo experiente y le da buen resultado allá usted. Sepa que el párrafo anterior es una simple licencia literaria; una extremización jocoza para resaltar una preferencia personal (que no por ello deja de ser cierta).
[5] Jersey upline es el nombre que por aquí (pero en realidad no se si es un invento local o simplemente lo copiamos y le cambiamos el nombre) le damos a un reel un tanto especial, no de mucho diámetros, unos 10 centímetros/4 pulgadas, pero más largo que los reeles típicos, unos 30 o 40 centímetros/12 o 16 pulgadas, en el cual por lo general se coloca hilo sisal de 5/16 o 1/4 de pulgada, que equivale a un poco más de medio centímetro de diámetro. La ideas es poder improvisar una línea de ascenso de emergencia, en caso de no encontrar o no tener tiempo para regresar a la línea de ascenso original. Por estos lugares, y dependiendo de las condiciones de visibilidad en la superficie, emerger a buena distancia del barco puede traernos serias consecuencias, por eso la necesidad de implementar este tipo de línea de ascenso atada al naufragio, en lugar de ascender a la deriva y sujetos a las corrientes. El sisal se prefiere por ser biodegradable; se lo puede dejar amarrado al naufragio sin mayores consecuencias futuras.
[6] Ser autosuficiente, tal y como se debería ser, según mi propia convicción, en el buce en general y en el buceo de naufragios en particular, nos hace prever esos y otros inconvenientes.
[7] Manda decir mi esposa que ése es un mal chiste.