El término “mercaderes” hace referencia a quienes comercian productos y servicios. Aplico el término indiscriminadamente a fabricantes y distribuidores, mayoristas y minoristas, centros de buceo, operadores e instructores dependientes e independientes. Aquellos que directa o indirectamente perciben dinero u otros valores de intercambio como contrapartida a prestar servicios o proveer productos son mercaderes. Son la parte que corresponde a la oferta, dentro del mercado del buceo. Mercader es quién comercia, no de por si es una mala palabra ni tiene connotaciones negativas. Me incluyo entre ellos.
Pero admito que la mayoría de las veces uso el calificativo con intenciones decididamente despectivas, haciendo referencia a aquellos para los cuales el negocio está desmesuradamente por encima del deporte en si mismo. ¿Cómo establezco el umbral de lo desmesurado? No lo se, es totalmente arbitrario, cada uno lo percibimos a nuestra manera y según nuestros propios criterios. Pero todos sabemos reconocer cuando lo que alguien realmente persigue es vendernos algo.
Me inquietan y disgustan los comportamientos mezquinos, orientados únicamente a lograr una venta más, esos que apoyan y construyen exclusivamente en una visión mercantilista de nuestro deporte. Esos mercaderes nos dicen una y otra vez qué es lo que más nos conviene, siempre desde una perspectiva en sintonía con aquello que ellos tienen para ofrecer. Ven a nuestra actividad como si fuera nada mas que un gran paquete de clientes a los cuales hay que venderles aventura pero llevándolos de la mano para que compren lo que se quiere vender, ya sea entrenamiento, equipamiento, viajes o lo que fuere, de la forma en la que ellos quieren venderla.
Pero hay de los otros, aquellos que sienten al buceo tal y como un buceador más. Aquellos que son en primera instancia buceadores y luego comerciantes. Esos que no tienen problema en recomendarle la pieza o el equipamiento que realmente mejor le viene a las necesidades del cliente, inclusive si ellos no la ofrecen o deben adquirirla de otro canal y con menores márgenes que si le venden una que poseen en su estantería pero que puede no ser, a su criterio, la mejor solución para su caso en particular.
En otras palabras, hay mercaderes y mercaderes.
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